viernes, 14 de septiembre de 2012

Yo quiero ser coche

Soy de las cosas más mimadas y cuidadas de este mundo. Por lo pronto, me dejan los mejores sitios para que pueda desplazarme, como si de una alfombra roja para artistas se tratara, y tengo policías encargados de que nadie pueda interrumpir mi paso. El suelo que piso, por lo general, está muy cuidado, y cuando se produce algún socavón allá que se presenta la cuadrilla que tengo a mi disposición durante 24 horas al día 7 días a la semana para solventarlo. Y si tengo que hacer grandes desplazamientos, miles de agentes de tráfico se cuidan de que todo vaya fluido y no pierda el tiempo en atascos. En invierno, grandes máquinas quitanieves y toneladas de sal se preocupan de que no me encuentre nieve o hielo bajo mis ruedas.

Jamás ponen un obstáculo en mi camino. Las señales de tráfico, los contenedores de basura, las mamparas de anuncios, las papeleras, los árboles, las farolas, los registros de agua, gas o electricidad, todos eso que llaman mobiliario urbano va a parar a la acera, por muy estrecha que ésta sea. Es curioso, si un grupo de manifestantes en protesta por alguna reivindicación nos para el paso en alguna calle o carretera, la policía acude raudo y veloz a quitarlos de en medio. Si eso mismo lo hacen en la acera o en el arcén, nadie se preocupa. Lo mismo ocurre con los obstáculos. Cualquier obstáculo en la calzada me lo quitan enseguida, pero si el obstáculo está en la acera, ahí se queda. Pobres peatones.

Aunque me cueste un poco, también se preocupan de que pueda pararme prácticamente donde me de la gana, incluyendo las aceras o bajando a los miles de aparcamientos subterráneos que dispongo en el país. Seguro que hay más aparcamientos que bibliotecas.

Cada dos años tengo que ir a ver cómo estoy, una especie de revisión médica para coches. Para estar limpio todo son facilidades. Y estoy muy bien alimentado. En cualquier momento del día y en multitud de sitios puedo ir a saciar mi hambre, eso sí, cada vez algo más caro, pero eso es lo de menos. Tengo miles de mentes pensantes cavilando cada día en darme una comida mejor, más potente y más limpia.

Por lo visto soy motor de la economía. Además del que llevo en mis entrañas, el hecho de que cada día tenga más hermanitos beneficia al sistema para automantenerse. O sea, mi existencia es estrictamente necesaria. Qué bien. Aunque precisamente por el mantenimiento de esa economía de consumo, intentan jubilarme muy joven, apenas cumplidos los cinco años, aunque por la calle veo abuelos de más de 20 años circulando tan ricamente por ahí.

Es verdad que mis gases producen gases y partículas cancerosas, pero de algo hay que morir; eso que se ahorran en el pago de pensiones. Aunque es cuestión de tiempo que me cambien el motor por uno eléctrico, que en vez de contaminar aquí, contamina allí. En el fondo es lo más de lo mismo. A mí me da igual.

Así que esto de ser peatón, ir en bicicleta o usar el transporte público es un atraso. Lo mejor es convertirse directamente en coche; serás el mimado de la familia, de la sociedad.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Yo no te pido la Luna


Visto que las medidas que tomó ZP a partir de Mayo/2010, y las que Rajoy ha tomado desde Noviembre/2011 no han servido absolutamente para nada, incluso para empeorar la situación más si cabe, ¿qué posibilidades habrían para que el Congreso de los Diputados hiciera de tripas corazón y todas las fuerzas políticas que lo componen se sentaran para encarar una solución que al menos frene la crisis? Así, además de un gran ejercicio de solidaridad y de modestia, veríamos si realmente la crisis se sigue ensañando con nuestro país por causas externas o sencillamente por culpa nuestra.

Tomar entre todos una serie de medidas, donde todo el mundo arrime el hombro y todo el mundo se sacrifique, tanto trabajadores como empresarios, todos. Medidas aceptadas por el Congreso, por unanimidad.

¿Por qué esto que estoy escribiendo es un imposible y más de uno pensará: menudo iluso?

martes, 4 de septiembre de 2012

De la "teoría del emplazamiento" a la Declaración Universal de los Derechos Humanos

"Una nueva revolución, que es biológica, tecnológica y comunicacional". Éste es el titular que encabeza la introducción a la nota que la EMARtv coloca para dar paso a la grabación de la entrevista al profesor Manuel Ángel Vázquez Medel, catedrático de Literatura y Comunicación. Con mucha pedagogía nos introduce en  esta teoría del emplazamiento, denominación para agrupar un trabajo que explica los nuevos tiempos y movimientos que estamos viviendo.

Emplea diez y siete minutos de tu tiempo en escuchar esta entrevista, que no te dejará indiferente y te hará ver que las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a salir de la crisis.

Asombra su afirmación sobre cuál es la receta mágica para salir de la crisis: respetar la Declaración Universal de Derechos Humanos. ¿Mágica? No parece tan complicado.
Escucha la entrevista (si es que no lo has hecho ya): AQUÍ, te va alegrar. "No perdáis la esperanza, y sí perder el miedo", son sus palabras al término de la entrevista.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Los "planes" de las Cajas de Ahorro


No hay día en el que los medios no nos regalen alguna noticia relacionada con estropicios de las ¿extintas? Cajas de Ahorro como, por ejemplo, Bankia, ahora disfrazada de banco.

Empezando por arriba, ya se ha puesto cota a los ingresos de los altos ejecutivos de bancos y cajas intervenidos: 500 mil euros al año. Menos mal.

Pero sigamos hablando de las Cajas, intervenidas o no, ya que son todas de carácter público. Con las fusiones y reconversiones que han dado a lo largo de los últimos años, resulta que un empleado de una Caja (sea conserje o director general) si es prejubilado a los cincuenta y pocos años, se va a su casa cobrando íntregramente su sueldo, igual que si siguiera trabajando. Y cuando se jubile, a la paga que por derecho le corresponderá de la Seguridad Social, recibirá otra de un plan de pensiones que a lo largo de los años ha ido alimentando su Caja. En ambas situaciones, los dineros que cobran estos exempleados son dineros públicos. Y digo yo, si vemos que el estado sigue alimentando la pésima gestión de las Cajas con miles de millones de euros (que se dice pronto, pero son cifras de vértigo), ¿no sería cuestión de cortar por lo sano y dejáramos tanto a prejubilados como a jubilados de las Cajas con el muy digno sueldo que supone la pensión máxima de la Seguridad Social, y aplicado -claro está- desde el exconserje al exdirector general.

No hay que olvidar que se trata de dinero público y no es de justicia ver cómo miles de personas se benefician de una situación privilegiada en tiempos donde no te puedes poner ni enfermo. Ya digo, son miles de personas en esta situación en España, y tanto el coste de la prejubilación como el del fondo de pensiones son dineros públicos y son muchos miles de millones de euros. Cortar por el rasero de los importes establecidos para las jubilaciones en el sistema público de la Seguridad Social es por tanto más justo y solidario.

Y si me refiero al colectivo de Cajas de Ahorro, lo mismo se podría aplicar a otros colectivos estatales, como Correos, Renfe y todas las empresas públicas donde la prejubilación y los planes de pensiones vienen del tesoro público.